Português:
7. Temos necessidade de vós
Quem vive hoje a condição juvenil encontra-se a enfrentar muitos problemas resultantes do desemprego, da falta de referências ideais certas e de perspectivas concretas para o futuro. Às vezes pode-se ficar com a impressão de impotência diante das crises e derivas actuais. Apesar das dificuldades, não vos deixeis desencorajar nem renuncieis aos vossos sonhos! Pelo contrário, cultivai no coração desejos grandes de fraternidade, de justiça e de paz. O futuro está nas mãos de quem souber procurar e encontrar razões fortes de vida e de esperança. Se quiserdes, o futuro está nas vossas mãos, porque os dons e as riquezas que o Senhor guardou no coração de cada um de vós, plasmados pelo encontro com Cristo, podem dar esperança autêntica ao mundo! É a fé no seu amor que, tornando-vos fortes e generosos, vos dará a coragem de enfrentar com serenidade o caminho da vida e assumir as responsabilidades familiares e profissionais. Comprometei-vos a construir o vosso futuro através de percursos sérios de formação pessoal e de estudo, para servir o bem comum de maneira competente e generosa.
Na recente Carta Encíclica sobre o desenvolvimento humano integral, Caritas in veritate, enumerei alguns dos grandes desafios actuais que são urgentes e essenciais para a vida deste mundo: a utilização dos recursos da terra e o respeito pela ecologia, a justa repartição dos bens e o controle dos mecanismos financeiros, a solidariedade com os países pobres no âmbito da família humana, a luta contra a fome no mundo, a promoção da dignidade do trabalho humano, o serviço à cultura da vida, a construção da paz entre os povos, o diálogo inter-religioso, o bom uso dos meios de comunicação social.
São desafios a que sois chamados a responder para construir um mundo mais justo e fraterno. São desafios que requerem um projecto de vida exigente e apaixonante, no qual investir toda a vossa riqueza, segundo o desígnio que Deus tem para cada um de vós. Não se trata de realizar gestos heróicos ou extraordinários, mas de agir fazendo frutificar os próprios talentos e possibilidades, comprometendo-se a progredir constantemente na fé e no amor.
Neste Ano Sacerdotal, convido-vos a conhecer a vida dos santos, em particular a dos santos sacerdotes. Vereis que Deus os guiou, tendo encontrado o seu caminho dia após dia precisamente na fé, na esperança e no amor. Cristo chama cada um de vós a comprometer-se com Ele e a assumir as próprias responsabilidades para construir a civilização do amor. Se seguirdes a sua Palavra, também o vosso caminho se iluminará e vos conduzirá rumo a metas elevadas, que dão alegria e sentido pleno à vida.
Que a Virgem Maria, Mãe da Igreja, vos acompanhe com a sua protecção. Asseguro-vos uma lembrança particular na minha oração e, com grande afecto, vos abençoo.
Vaticano, 22 de Fevereiro de 2010
Español:
7. Os necesitamos
Quien vive hoy la condición juvenil tiene que afrontar muchos problemas derivados de la falta de trabajo, de la falta de referentes e ideales ciertos y de perspectivas concretas para el futuro. A veces se puede tener la sensación de impotencia frente a las crisis y a las desorientaciones actuales. A pesar de las dificultades, ¡no os desaniméis, ni renunciéis a vuestros sueños! Al contrario, cultivad en el corazón grandes deseos de fraternidad, de justicia y de paz. El futuro está en las manos de quienes saben buscar y encontrar razones fuertes de vida y de esperanza. Si queréis, el futuro está en vuestras manos, porque los dones y las riquezas que el Señor ha puesto en el corazón de cada uno de vosotros, moldeados por el encuentro con Cristo, ¡pueden ofrecer la autentica esperanza al mundo! La fe en su amor os hará fuertes y generosos, y os dará la fuerza para afrontar con serenidad el camino de la vida y para asumir las responsabilidades familiares y profesionales. Comprometeos a construir vuestro futuro siguiendo proyectos serios de formación personal y de estudio, para servir con competencia y generosidad al bien común.
En mi reciente Carta encíclica —Caritas in veritate— sobre el desarrollo humano integral, he enumerado algunos grandes retos actuales, que son urgentes y esenciales para la vida de este mundo: el uso de los recursos de la tierra y el respeto de la ecología, la justa distribución de los bienes y el control de los mecanismos financieros, la solidaridad con los países pobres en el ámbito de la familia humana, la lucha contra el hambre en el mundo, la promoción de la dignidad del trabajo humano, el servicio a la cultura de la vida, la construcción de la paz entre los pueblos, el diálogo interreligioso, el buen uso de los medios de comunicación social.
Son retos a los que estáis llamados a responder para construir un mundo más justo y fraterno. Son retos que requieren un proyecto de vida exigente y apasionante, en el que emplear toda vuestra riqueza según el designio que Dios tiene para cada uno de vosotros. No se trata de realizar gestos heroicos ni extraordinarios, sino de actuar haciendo fructificar los propios talentos y las propias posibilidades, comprometiéndose a progresar constantemente en la fe y en el amor.
En este Año Sacerdotal, os invito a conocer la vida de los santos, sobre todo la de los santos sacerdotes. Veréis que Dios los ha guiado y que han encontrado su camino día tras día, precisamente en la fe, la esperanza y el amor. Cristo os llama a cada uno de vosotros a un compromiso con Él y a asumir las propias responsabilidades para construir la civilización del amor. Si seguís su palabra, también vuestro camino se iluminará y os conducirá a metas altas, que colman de alegría y plenitud la vida.
Que la Virgen María, Madre de la Iglesia, os acompañe con su protección. Os aseguro mi recuerdo en la oración y con gran afecto os bendigo.
Vaticano, 22 de febrero de 2010
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