viernes, 16 de julio de 2010

16º Domingo do Tempo Comum (Port/Esp)

Português:
O tempo histórico que estamos vivendo neste exato momento é de férias (tanto aí no Brasil, como aqui a Europa), um tempo do qual podemos aproveitar para muitas coisas, e se não organizarmos podemos acabar dizendo sempre as mesmas coisas: “passou muito rápido... tenho muitas coisas para fazer... nem sei por onde começar... tenho que buscar alguém pra me ajudar... amanhã ainda tenho tempo...etc”, estas e outras frases são normais do nosso vocabulário duranta este tempo de férias. Mas não podemos esquecer que também é uma oportunidade de crescimento humano e espiritual. Aqui começo esta reflexão deste 16º Domingo do Tempo Comum. Hoje somos covidado a escolher a melhor parte, a de ouvir Jesus. É o que nós estamos precisando para sermos cada dia melhores cristãos. Jesus nos está falando através da sua palavra, através do silêncio meditativo que podemos planejar a qualquer hora do dia e sentir que Jesus nos está falando. Por isso hoje as leituras nos ajudam a estar sempre abertos á Palavra da Salvação.

Na 1ª Leitura  é do primeiro livro da Biblia, Gênesis 18,1-10ª - nos conta que num dia que fazia muito calor, Deus se apresentou, através de três pessoas desconhecidas que estão de caminho em direção á tenda onde morava Abraão, perto de Mambré que era um santuário no tempo patriarcas (digamos uns 1800 anos a.C.). Abraão acolhe a todos com muita hospitalidade, oferecendo-lhes hospedagem e comida para que possam restabelecer as forças. Mas sem saber Abrahão estava acolhendo po próprio Deus, é uma leitura que já nos está preparando para o que acontecerá no Evangelho.  

No Evangelho de Lucas 10, 38-42 - também nos fala da hospitalidade de Marta a irmã Maria e de Lazaro que recebeu o Senhor em sua casa. É justamente aqui que Jesus fala que uma só coisa é necessária. É que – seja em meio às atividades de cada dia, seja na “escuta”, na oração (nessa cena simbolizada por Maria sentada aos pés do Mestre, escutando sua palavra) – o que importa é estar sintonizado com o Deus que cumpre suas promessas. A isso chamamos confiança ou Fé. Podemos, é verdade, ficar inconformados com nossa vida e nosso trabalho (como Marta); podemos manter um riso nervoso, quase irônico (como Sara mulher de Abraão); podemos até nos espantar (como Abraão) e tentar interpretar a presença e a promessa de vários modos nas situações concretas...
Como já expressava anteriormente, estamos de férias, convido a todos a não deixar esta oportunidade de estár aos pés do Senhor. As duas atitudes são claras, mas uma só foi a soube aproveitar: acolher, muitos acolhem, mas o pior é quando tudo não passa da artificialidade, ou seja, de aparência; a segunda foi a de acolher, mas também de saber ouvir: porque é daqui que a transformação da nossa vida poderá ser uma realidade, mas para isso cada um deve abrir totalmente o seu interior para deixar com que seja o próprio Senhor que nos indique o caminho mais apropriado e seguro para a nossa felicidade.   

Meus queridos irmãos dediquemos nestes dias alguns momentos de oração, de escuta e de reflexão da Palavra de Deus, acolhamos com generosidade, porque quem muito dá, muito recebe.
Pe. Lucimar, sf



Español:
El tiempo histórico que estamos viviendo en este exacto momento, el de las vacaciones, es un tiempo del cual podemos aprovechar para muchas cosas, pero se no nos organizamos podemos acabar diciendo las mismas cosas de siempre: “ha pasado muy rápido... tengo muchas cosas que hacer... no sé por dónde comenzar... tengo que buscar ayude... mañana empezaré...etc”, estas y muchas otras frases son las primeras de nuestros vocabulario de este época. Pero no podemos olvidar que es una oportunidad de crecimiento humano y espiritual. Es a partir de aquí que comienzo esta reflexión del 16º domingo del tiempo ordinario. Hoy somos invitados a escoger la mejor parte, la de oír a Jesús. Es lo que necesitamos cada día para que seamos mejores cristianos. Jesús nos está hablando a través de su palabra, a través del silencio meditativo que podemos planear a cualquier hora del día y sentir que Jesús nos está hablando. Por eso las lecturas de hoy nos ayudan a estar siempre abiertos a la Palabra de la Salvación.

En la 1ª Lectura es del primero libro de la Biblia, Génesis 18,1-10ª - nos habla que en un día muy caluroso, Dios se presenta, forma de tres hombres que van de camino, ante la tienda donde residía Abrahán, cerca de la  encina de Mambré que era un santuario en el tiempo de los patriarcas (digamos a unos 1800 años a.C.). Abrahán los acoge a todos con gran hospitalidad, ofreciéndoles reposo, bebida y alimento para restablecer las fuerzas. Es una lectura que ya nos está preparando para lo que acontecerá en el evangelio. 

En el Evangelio de Lucas 10, 38-42 - también nos habla de la hospitalidad de una mujer que se llama Marta la hermana Maria y de Lázaro que recibió al Señor en su casa. Justamente aquí es donde Jesús habla que una sola cosa es necesaria. Y es la que – sea en medio de las actividades del día-día, sea en la “escucha”, en la oración (en esta escena simbolizada por Maria sentada a los pies del Maestro, escuchando su palabra) – más nos importa, la de estar sintonizado con Dios que cumple con sus promesas. A esto podemos llamar de confianza o Fe. Podemos, hasta estar inconformados con nuestra vida y nuestro trabajo (como Marta); podemos estar nerviosos, casi irónicos (como Sara, la mujer de Abrahán); también podemos nos espantar (como Abrahán) e intentar interpretar la presencia y la promesa de varios modos en las distintas situaciones concretas de nuestra vida... Como ya expresaba anteriormente, estamos de vacaciones, invito a todos a que no dejen esta oportunidad de estar a los pies del Señor. Las dos actitudes son claras, pero una sola fue la que supo aprovechar la mejor parte: acoger, muchos acogen, llevados por el entusiasmo del momento, pero es como fuego de paja, cuando acaba el fuego, acaba las ilusiones, las alegrías, los buenos deseos, o sea, todo no pasaba de  fuegos artificiales, o sea, todo era apariencia; en la segunda actitud la cosa fue bien distinta: acoger, pero también saber escuchar: porque es de este punto que la transformación de nuestra vida podrá ser una realidad, para eso cada uno debe abrir totalmente su interior para dejar con que sea el propio Señor que indique el camino más apropiado y seguro para nuestra felicidad.  

Mis queridos hermanos dediquemos en estos días algunos momentos de oración, de escucha y de reflexión de la Palabra de Dios, acojamos con generosidad, porque quien mucho da, mucho recibe.
P. Lucimar, sf

1 comentario:

  1. Sencilla pero interesante reflexión, me quedaría con estas ideas:
    - Oportunidad de crecimiento humano y espiritual
    - Oir a Jesús diriamente en nuestra vida
    - Dios cumple con sus promesas
    - Saber acoger, escuchar y abrir el corazón
    - Quién mucho da, mucho recibe (actualmente es algo que me cuesta ver, entender , sentir y vivir).

    Creo que aunque sea un tiempo vacacional, es un momento muy adecuado para hacer un parón en nuestra vida y hacer una pequeña evaluación de cómo somos, cómo vivimos nuestra vida y si vamos bien hacia la meta que nos hemos marcado.

    Un día me dijeron esta frase la cual siempre me quedo grabada: Dios no hace vacaciones, por lo tanto no dejemos de acordanos de Él, porque quien ama lo hace los 365 días del año.

    Un abrazo a todos.

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